La industria forestal busca aumentar el uso de la madera en la construcción para agregar valor a los productos elaborados localmente y, por ende, forjar empleo, generar divisas al país y contribuir con la meta de ser neutros en carbono.
Mediante incentivos financieros, el Estado busca conservar, a largo plazo y de forma sostenible, la biodiversidad que se encuentra en bosques de propiedad privada.